El bahiense Sergio Hernandez anunció esta tarde que, luego de 6 años en el cargo, no renovará como conductor técnico de la selección mayor argentina de basquet. La baja se produce, según se encargaron de explicar Hernandez y Vaccaro -presidente de la Confederación- por la diferencia de la duración del contrato que pretendía una y otra parte. Mientras el DT pujaba por 2 años de contrato, con lo cual cerraría su ciclo en Londres 2012 junto a gran parte de la Generación Dorada, el dirigente quiere apostar por un proyecto a largo plazo, de 6 a 8 años, en el cual el próximo entrenador deberá iniciar el recambio de jugadores luego de la cita olímpica antes mencionada.
Hernandez llegó a la selección nacional en 2004, luego de la renuncia de Rubén Magnano, con la mochila a cuestas de revalidar la plata mundialista en 2002 y el oro olímpico en 2004. Su arribo significó la manera de descomprimir una relación entre jugadores y cuerpo técnico que se había vuelto tensa con Magnano, debido al rigor disciplinario impuesto por el cordobés. Hernandez con un trato mas ameno y abierto supuso una renovación necesaria, ante un grupo de jugadores que ya exigía manejarse en otro contexto: no necesitaban una cabeza de grupo como máxima autoridad, sino un entrenador que formara parte del grupo y los guiara en el camino hacia la victoria. Y lo hizo muy bien. Supo adaptarse a las circunstancias y -lo mas meritorio- supo manejar durante varios torneos, las ausencias del núcleo mas importante de la G.D. (Ginobili, Oberto, Nocioni), manteniendo una idea de juego y una mística que fue marca registrada de la misma. Para el recuerdo quedarán el Preolímpico disputado en Las Vegas en 2007, la medalla de bronce en Beijing 2008 y el 4to puesto en Japón 2006 como sus logros deportivos mas importantes. Pero mas allá de eso, también se lo recordará en la historia como un entrenador capaz y con una conducta intachable, al igual que la mayoría de sus dirigidos que vistieron con la celeste y blanca.
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