Vuelta a las canchas, vuelta a la vida

Primer amistoso como visitante

Intimamente sabia que este día llegaría.
Hace exactamente 6 años (ufff... toda una vida) decidí separarme de la pasión de mi vida: la naranja.
Por asuntos personales (maldita esta vida que vivimos y que nos quiso lejos) y una desgastada relación con la gente del club donde jugaba, me aleje de la practica activa del basquet. Fueron 4 años como profesional y 15 junto a la pelota.
Poco a poco me fui convirtiendo en uno mas, mi vida perdía sentido. La razón de mi vida ya no estaba conmigo, me había dejado.
Pasó mucho tiempo de frustación y tristeza, una etapa oscura.
Hasta que recibí el llamado telefónico. Era un amigo, de esos tantos que me dio el basquet, ofreciendome formar parte de un proyecto, impulsado por ex jugadores, para volver a armar un equipo de primera en mi ciudad, mas exactamente en el club donde me inicié y en donde jugué 10 anos.
Se empezo a entrenar y, para ser sincero, fue mas dificil de lo que me esperaba. En evidente desmejoria fisica todo se hizo muy cuesta arriba.
Tres meses después (en mejor forma) afrontamos nuestro primer desafio: anfritiones del denominado Torneo Centenario (por los 100 anos del club donde juego), vamos a enfrentar a dos equipos que se encuentran en plena competencia. Ese va a ser nuestro termometro para saber donde estamos parados.
Ya se siente esa ansiedad, esos nervios previos a un juego que solo experimentan los que alguna vez pisaron una cancha.
Estoy de regreso, de regreso a la vida.